El espía reluctante
Amber Nine
Autor: John Gardner
Colección: Fawcett Crest n° RII73
Edita: Fawcett, 1966
Veamos... ¿Protagonista que disfruta la buena vida?.. Sí... ¿Absolutamente seductor?...Sí... ¿Villano deforme y exótico?... Sí... ¿Jefe gruñon e interesado más por los resultados que por lo que le pase a su agente?... Correcto... ¿Argumento demente que ocurre en un lugar sofisticado e internacional?... Sí.
Entonces... ¿qué diferencia a Boysie Oakes de Bond?
Es que Boysie Oakes (nombre clave The Liquidator) es un fraude. Su superior, el coronel Mostyn, creyó erróneamente que era un hombre inteligente y con la sangre fría suficiente para volverse un espía capaz de matar sin dudar en nombre del gobierno de Su Real majestad. Y, si bien en el rubro inteligencia, Mostyn acertó, en lo de sangre fría se equivocó totalmente: Oakes es incapaz de matar a alguien. Pero, viendo el tren de vida que le ofrecían (y sobre todo la capacidad para seducir mujeres que esta carrera le abría, porque Oakes es antes que nada un Don Juan) decidió seguir le juego y convertirse en agente secreto. Claro, el problema empezó cuando tuvo que eliminar a su primer objetivo. Y al cobarde Oakes no le quedó otra que, digamos, subcontratar a un asesino profesional llamado Griffin para hacer su trabajo.
Lo curioso es que , hasta esta tercer novela, las cosas le han salido bien de esta manera y Oakes se ha ganado el respeto profesional de los demás miembros de la comunidad de espionaje. Lo que implica, obviamente, que los servicios secretos enemigos lo ven como un blanco prioritario, algo que la verdad no entusiasma mucho a Oakes. Al comenzar la novela, Oakes debe viajar a Suiza para eliminar a un miembro del parlamento británico sospechoso de vender secretos a los comunistas (que nadie diga que el Servicio Secreto británico se detiene en nimiedades como leyes internacionales y/o inmunidad parlamentaria) y termina enredado en una intriga internacional mayúscula con un asesino comunista enano, rivalidad entre departamentos de espionaje británico, un internado de señoritas de primer nivel que encubre una eficiente escuela de jovencitas espías y con su directora, Clara Thirel , hija no reconocida de uno de los mayores dictadores del siglo XX (el apellido es un anagrama, así que piensen un poquito y sabrán que dictador era). Y en medio de todo eso, Boysie se la pasa buscando la manera de que lo dejen en paz, lo más tranquilo posible y, preferiblemente, con alguna de las preciosas estudiantes del internado....
Las novelas de Oakes fueron el primer gran éxito de John Gardner, un antiguo sacerdote anglicano y periodista. De hecho habría un filme basado en la primera novela de la serie, The Liquidator (1964), filmada en 1966 con Rod Taylor en el papel de Boysie y música de Lalo Schifrin. Aquí tienen su trailer:
Gardner sería, paradójicamente, el primer continuador de las novelas de James Bond. Parece que a los herederos de Ian Fleming les gustaba Boysie Oakes...
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